lunes, 20 de noviembre de 2017

Biblioteca Fernando Lázaro Carreter (Torrero) de Zaragoza



Nunca se puede valorar un libro por su portada... ni tampoco una biblioteca... porque nada hace sospechar, cuando ves el edificio que la alberga, lo que encuentras al abrir la puerta.

En otra entrada de este mismo blog ya hice un elogio de las bibliotecarias y bibliotecarios y de cómo podemos encontrar su alma en cada rincón de la biblioteca. Es el caso de la biblioteca de Torrero, y su bibliotecaria, Eva, acompañada por un par de auxiliares (las que yo conocí en torno a un café calentito antes de ponernos manos a la obra) absolutamente entregadas a su trabajo.

En esta ocasión voy a aprovechar para aplaudir también el trabajo imprescindible, necesario, incansable y vocacional de todos y todas los auxiliares de las bibliotecas que he podido visitar en estas y otras sesiones, porque su esfuerzo en colaboración con la dirección de cada biblioteca nos permite a los usuarios disfrutar de bibliotecas ordenadas, cuidadas, mimadas diría yo, con una profesionalidad que pienso que no se valora lo suficiente.

 Y es que el éxito de un buen trabajo comienza por cuidar cada detalle. Para mi es un éxito rotundo que después de la sesión se hicieran socios 5 niños y 4 adultos, y que se llevasen en préstamo 27 libros de infantil y 6 libros de la sección de adultos o padres... ¡con lo difícil que es eso!

Antes de comenzar, como siempre en cada biblioteca, con ayuda de Eva en este caso, colocamos el mobiliario de forma que fuese cómodo para los asistentes.

Me encontré con un llenazo absoluto, lista de reserva y el teléfono sonando preguntando por si había hueco... ¡sólo fallaron dos participantes! eso no es muy habitual con niños tan pequeños...

En total estuvimos 36 personas de todos los tamaños, y facilitó mucho que la sala resultase ser del tamaño más adecuado que se puede pedir para hacer una sesión como ésta. Además, teníamos disponibles unos cuantos cojines que, bien colocados, permitieron a los adultos estar tan cómodos y en una posición de semicirculo tan bien hecha que todo fluyó desde el principio de forma mágica... (bueno, ya os acabo de explicar que la magia también tiene trucos).






Una vez colocados todos, comenzamos con el "Buenos días" de la pedagogía Waldorf, en una versión que yo he tomado del vídeo que aquí os comparto y que tiene otros muchos recursos útiles. Es un material realizado por una pareja de maestros que van por el mundo promocionando la pedagogía Waldorf y cuyo blog os invito a revisar: www.derumboalcambio.org


La canción de buenos días aparece en el minuto 3:53, cantada por María Jesús, de Santiago de Chile (con mucha mejor voz que yo, desde luego) aunque os recomiendo aprender el resto de los recursos del vídeo, absolutamente preciosos.

Este saludo, después de unos pocos minutos de charla previa en el que repasé las Recomendaciones para familias usuarias de biblioteca con bebés y prelectores,  consigue que los adultos nos calmemos y cambie la energía que se respira en la sala. Cierto es que todos los papás y mamás que me acompañaban se entregaron con verdadera pasión a cantar conmigo el buenos días, y eso no ocurre siempre... era precioso ver cómo los bebés se quedaban asombrados y sobre todo admirados.

No puedo mostraros sus caritas, pero aún así se percibe todo lo que digo en estas fotos:





Preparamos una selección bibliográfica interesante y divertida, para bebés pero también para los adultos, como podéis ver en estas fotos:




Fue una sesión memorable para mi, y espero que para todos los que la compartimos. A partir de ahora creo que los libros de la sección de padres de esa biblioteca saldrán en préstamo más a menudo, y quizá también los de la sección de cómic porque me pareció muy destacable en esta biblioteca y la recomendé con mucho entusiasmo (y ya se sabe que suele ser contagioso).



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