lunes, 20 de noviembre de 2017

Biblioteca Benjamín Jarnés (Actur), de Zaragoza



Cuando llegué a este precioso y nuevo edificio, me recibió un animado ambiente en la planta baja, ya que allí se ubica el centro de mayores y hay que reconocer que aprovechan este espacio público muy bien.

En la planta superior se ubica la biblioteca, en dos alturas. Inmaculada, la bibliotecaria, me enseñó todas las instalaciones de las que disponen y lo cierto es que han rentabilizado al máximo cada rincón disponible y se puede disfrutar así de varias exposiciones bibliográficas e incluso fotográficas,  que nos salen al encuentro cuando nos movemos por la biblioteca.

Hicimos la actividad en un aula multiusos de la planta baja, ya que allí teníamos más intimidad dado que la biblioteca infantil disfruta de un buen número de usuarios que hubieran sido interrumpidos por nuestro numeroso grupo, y desde luego fue una genial idea ubicarnos allí.

Gracias a la ayuda de Inmaculada y de las auxiliares, pude dinamizar una selección de libros absolutamente geniales... y es que esta biblioteca dispone de un buen fondo infantil, y también aproveché para presentar unos cuantos libros de la sección de adultos y de la de padres.


Fue muy celebrado el pollo Pepe, claro... y también el libro grande de Animales. Son libros que se disfrutan siempre, no nos defraudan nunca.











Entre los juegos y canciones, hicimos el celebrado caballito de Tamara Chubarovski:






Terminé la sesión con el juego de la hamburguesa. Voy a aprovechar ahora para explicar de dónde he sacado yo esto... porque desde luego está todo inventado, aunque a veces nos sorprende cómo funciona una cosa u otra de forma diferente al incorporarle nuestra propia interpretación.

Hace ya unos años inventé este juego, inspirándome desde luego en una canción que aparece en un libro de Natalia Velilla, editado por la editorial San Pablo:



Recomiendo vivamente esta colección, que abarca hasta los 12 años de edad, y que a mi me ha servido para mis propios hijos y también para las sesiones con bebés.

Se plantean en estos libros visualizaciones guiadas, canciones y masajes, incluso automasajes que resultan muy útiles.

La hamburguesa que yo he terminado por hacer aquí y allá no se canta, se recita al estilo de las rimas de pedagogía Waldorf y se convierte en un juego en el que se busca el contacto, la interacción y la excusa para darnos achuchones mutuamente... de hecho, lo natural y habitual es que los niños te pidan inmediatamente hacer una hamburguesa contigo, para comerte de un bocado ellos a ti.

He descubierto a lo largo de mi trabajo en estos años que los adultos muchas veces necesitamos una excusa para acariciar y tocar a los niños... quizá son nuestros propios bloqueos pero lo cierto es que si proponemos un juego, un masaje, etc. en seguida abundan los besos y abrazos, pero la desconexión que fomenta el mundo actual es una barrera invisible y a veces muy difícil de franquear porque resulta perversamente oculta.



Ojalá que no nos olvidemos nunca de darnos caricias y abrazos... todos necesitamos calorcito, a cualquier edad, pero nuestros bebés y niños más pequeños desde luego que se nutren y nos nutren así.

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