jueves, 5 de septiembre de 2013

Pues haz un dibujo!!!

Seguro que nos suena a todos esa frase... claro, como si fuera tan fácil. ¿Y qué dibujo? ¿Dónde? ¿En qué papel? A veces respondemos mecánicamente a los niños sin pensar que es muy importante para ellos tener a su alcance materiales adecuados para dibujar.

No pasa lo mismo con el espacio, la verdad es que son capaces de hacer un dibujo tirados en el césped, montados en el autobús, encima de la cama, debajo de la mesa... vamos, incluso haciendo el pino. Pero es interesante proporcionarles algo más que un bolígrafo que casi no escribe o un lápiz tamaño mini que hemos sacado del fondo del bolso o del cajón.

Por supuesto, digo esto porque soy la primera que ha hecho eso muuuuchas veces, pero creo que no está de más tratar de aprender nosotros mismos y hacerles la vida un poco más fácil (y entretenida) a nuestros inocentes retoños.

En cuanto a las pinturas, empezaremos por comentar las ceras, que tenemos muchos días de blog por delante y ya os iré comentando otras...

Cada vez encontramos más en el mercado dirigidas a niños a partir de dos años.
No es ninguna tontería, ya que en mi experiencia de madre de familia numerosa tengo hijas que espontáneamente se ponían a dibujar con poco más de un año (vamos, cuando era capaz de sostenerse en pie, coger una pintura y acertar de vez en cuando en el papel o el suelo en el que había decidido pintar su obra maestra).
También tengo hijos que parece que tenían alergia a cualquier cosa con forma de lápiz, pintura o bolígrafo pero se lanzaban como fieras a pintar con las ceras cuadradas de Stockmar.
Son unos bloques hechos de cera de abeja natural que resultan muy fáciles de coger por los dedos regordetes de los más pequeños de la casa. Además, pueden pintar con ellas en varias posiciones. Cierto es que, con los tiempos que corren, baratas no son, la verdad... pero resultan una buena inversión porque duran muchísimo tiempo y los colores son realmente preciosos. Se utilizan especialmente en las escuelas de Pedagogía Waldorf pero no hay duda de que deberían llegar a todos los futuros artistas que son nuestros hijos porque es un material increíble... eso sí, nada de dejarlas al sol que se derriten!!! (sí, nos ha pasado).

No resultan fáciles de encontrar en el mercado español, así que si tenéis interés en conseguirlas podéis mandarme un mensaje y yo os doy alguna pista.

Pero encontramos también desde hace unos años ceras con forma alargada convencional (crayon) más gruesas, más cortas, a veces con forma triangular o hexagonal incluso, que facilitan también el agarre para el niño y que, por supuesto, no son tóxicas ni manchan ni nada de nada.

Os pego aquí la imagen de las de la marca Alpino porque la podréis encontrar en casi cualquier sitio, aunque realmente casi todas las marcas tienen parecidas. Por supuesto, también las Plastidecor de toda la vida tienen una línea para peques.


Me gustan menos que los bloques de Stockmar porque aquí he de decir que conozco niños hambrientos que no dudan en pegarle sus buenos mordiscos y lametazos a estas ceras, y aunque desconozco su valor nutritivo por muy poco tóxicas que sean no deben ser muy sanas...

Para ellos resulta más seguro utilizar lápices de madera que también fabrican para los muy peques... Aunque fabrican también rotuladores no os lo aconsejo porque la inspiración artística no entiende de límites y os podéis encontrar vuestra mejor cortina personalizada por un precioso dibujo abstracto de incalculable valor.


De los papeles etc. para pintar ya hablaremos en otra ocasión, pero como resumen-conclusión o truco del almendruco, os dejo esto:

Conviene tener siempre a mano (y siempre es SIEMPRE) dos o tres ceras de colores (los peques no suelen ser muy exigentes) adecuadas para su edad. Es tan sencillo como llevarlas siempre en el bolso, en la mochila o en la silla del baby (sobre todo si son varios hermanos, porque siempre hay un carrito y bolsa de pañales que llevar a cuestas).

Os diría también llevaseis alguna libreta para que la usen siempre para pintar, pero como eso supone a veces un imposible, cierto es que un trozo de papel, tiquet usado, servilleta de cafetería, factura de la luz (jejeje, eso no, que es broma) o similar, será aceptado por nuestros  esforzados hijos e hijas. Lejos de quejarse, cogeran el mísero papelito y lo convertirán en una obra maestra que, si os da la vida, deberíais conservar por si un día el niño o la niña se hace artista y ese dibujito se cotiza a precio de caviar.

Espero vuestras protestas, aplausos o abucheos  con toda mi ilusión. Yo por mi parte, seguiré compartiendo con vosotros todo lo que pueda servir para aliviar a nuestros hijos de su "aburrimiento" y acompañarles en su crecimiento sin estropearles demasiado, que de fábrica suelen llegar realmente preciosos.




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